En tu propia mano me diste de comer-como a los pájaros-pan y queso con aroma de hinojo, anís, matalahúva.
Acercaste el cáliz a mi boca y yo lo recibí como si un hambre inmortal me delatara.
Estrené falda nueva, zapatos de tacón, trenzas de oro.
Y luego fui al olvido.
(Pero siempre lo supe:que nada amaba tanto y no habría camino más largo
que el de quererte a solas.)
(gracias por la canción, Ana)
2 comentarios:
Por el título y lo que cuentas te sugiero que te des una vuelta por el imeem, hay una rumba de la que no sé título ni autor, :-), la dejé como Rumbas baile completo y es una maravilla al compás.
Qué bueno Fode, qué bueno.
Me alegro mucho que te guste, espero que también te llegue este abrazo.
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