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18 agosto, 2010

sin deseos de llegar a casa.


He salido de la oficina dispuesta a no llegar temprano a casa. hoy tenia una necesidad inmensa de ver el paisaje y respirar, mis pensamientos venían revueltos y necesita intentar que el viento me distrajera y tal vez, solo tal vez así alguno se acomodaría en su lugar.
He seguido recto, este día no he cruzado a la derecha; comencé a entrar a la calle principal donde había un tráfico enorme, no llevo prisa, me decía; ninguna prisa. Continué hasta entrar a la avenida por donde antes habían muchísimos árboles, pájaros de diferentes especies, donde se respiraba aire puro, pero que hoy por hoy solamente es una avenida rodeada de algún árbol y casi ningún pájaro.
Aún así he decidido irme por esa calle solitaria, donde se puede ver algún monte y muchas nubes acorralándolo para cubrirlo y soltar la lluvia, he tratado de pensar en...pues vaya, no sé en qué, pero realmente lo que quería era sentir un poco de naturaleza.
Crucé de nuevo luego de recorrer la avenida larga, y he pasado por unos de mis parques favoritos, el solo hecho de pasar me reconfortaba, me hacía recordar los días que lo frecuentaba con un enamorado y los bonitos días que allí pasamos.
me sonreí...me tranquilicé un poco y continué la marcha.
Avanzando hasta encontrar de nuevo el tráfico, para poder volver a salir a otra calle solitaria y volver a respirar y disfrutar del viento, he pasado de largo los molestos semáforos, los impacientes conductores que me recordaban a Loretxu en sus días normales...impaciencia!pues bien, llegué de nuevo a la solitaria calle en donde me he detenido por un momento a contemplar la ciudad y a preguntarme que estoy haciendo, que quiero, y si estoy dispuesta a soportar lo insoportable, que pasa, que no sucede, que sucede y que no pasa...en fin, puros pensamientos idiotas pero con aires de tristeza y melancolía. Quiero llorar.
Es hora volver, la oscuridad va llenando los espacios del cielo y las sombras de los árboles comienzan a recordarme que si dejo entrar a la tristeza, después será difícil pedirle que se vaya, asi que mejor regreso y vuelvo a mi realidad, la cual no es nada distante a la oscuridad que ya ha llegado.
Retorno, despacio, muy despacio comienzo a descender y llego a la ciudad en donde me espera la rutina de cada noche...y en donde espero cada noche el milagro de sentirme acompañada.
hasta mañana Loretxu, hasta mañana.

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